miércoles, 25 de mayo de 2011

60 cápsulas para una máquina del tiempo

1897: cierra los ojos en la isla de Wight para escuchar la radio del futuro...

[52] Ábrelos para salir. Estás en el número 1752 de la calle 18, en San Luis, Missouri. Por dos dólares, acabas de suscribirte a Regeneración, el periódico independiente dirigido por Ricardo Flores Magón, a quien también has buscado para felicitarlo por su combativo periodismo contra el régimen del general Díaz, en el poder desde hace ya 25 años. Es el 1 de febrero de 1906 y luego de una breve charla, caminas mientras lees el editorial del primer número de la tercera época: «Hace cuatro meses que nuestro verbo no cae como un látigo sobre las espaldas de los protervos. La persecución que sufrimos nos puso en condición de no poder publicar el periódico; pero estamos nuevamente en nuestro puesto de combate...»

[42] Abre los ojos: estás sentado en una butaca del Palacio Garnier, de la Ópera Nacional de París; es el estreno de El pájaro de fuego. Apenas logras oír la orquesta dirigida por Gabriel Pierné: los silbidos del público son la respuesta a un arte nuevo: Igor Stravinski, de 28 años, presenta su primera obra para Les Ballets Russes, la compañía impulsada por Sergei Diaghilev, quien prende y apaga las luces del recinto para llamar al orden. Muchos siguen gritando –unos cuantos a favor– y otros más abandonan la sala. Algunos se carcajean al ver que un caballo, nervioso por el recibimiento, defeca en el escenario. La danza infernal del rey Kashchei reina anticipadamente. Los bailarines Tamara Karsavina y Mijail Fokin continúan la coreografía, enfundados en los trajes diseñados por León Bakst. El escándalo poco a poco cesa y El pájaro de fuego renace de las cenizas. Es el 25 de junio de 1910; tal reacción no se repetirá y la obra será montada con éxito en todo el mundo.

[43] Abre los ojos: estás en una sala de espera del palacio de gobierno, en la ciudad de Chihuahua; aguardas la llegada del gobernador Francisco Villa. Han pasado dieciocho días desde que asumió el poder estatal y hoy el kilo de carne con hueso se vende a diez centavos y no a un peso, como costaba, gracias a una serie de decretos en beneficio de la sociedad. «Socialismo villista», le llaman algunos periodistas. Once días atrás ordenó la confiscación de los bienes de la oligarquía y hace tres días la creación del Banco del Estado de Chihuahua para administrar las expropiaciones y la emisión de billetes. Al fin llega. Es el 26 de diciembre de 1913 y tú, John Reed, entrevistarás al Centauro del Norte.

[53] Ábrelos para leer la noticia del linchamiento de Rosa Luxemburgo. Tú sabes que es mentira: anoche, 15 de enero de 1919, estabas en el hotel Edén, convertido en cuartel de la división de caballería de la antigua guardia del imperio alemán. La viste en el vestíbulo, zarandeada por sus captores, quienes la llevaron a la puerta trasera y ahí la golpearon dos veces en la cabeza con la culata de un fusil. Ensangretada, fue subida a un vehículo y un segundo después escuchaste el disparo en su sien. Su cuerpo, hoy desaparecido, fue arrojado a un canal del Río Spree y no será recuperado sino hasta el mes de junio. ¡El orden reina en Berlín! publicó sarcástica dos días antes en el periódico Bandera Roja.

[44] Abre los ojos: estás en París, caminando por la rue de l'Odeon, y te detienes, atraído por lo que acabas de descubrir: en el número 12 hay una librería, la Shakespeare and Company. Entras, sabiendo que pocas veces preguntas por un título; prefieres ir de mesa en mesa buscando nada y todo a la vez. Tomas un libro y luego otro; la misma mecánica de hojear las primeras páginas y cerrarlo, hasta llegar a un voluminoso libro de pasta verde. Lo abres y te vas a sus últimas páginas. Comienzas a leerlo, mientras los clientes saludan a una mademoiselle Sylvia. Sylvia Beach, librera y editora. Es el 2 de febrero de 1922, el día en que se puso a la venta el Ulysses de James Joyce.

[37] Abre la mano: un puñado de sal obtenida del Océano Índico es el desafío que esta mañana colma la playa de Dandi, en Gujarat, contra el reino británico. Tus pies se refrescan con el oleaje del mar: acabas de caminar 390 kilómetros con el Mahatma Gandhi para protestar por el impuesto sobre la sal. Es el 6 de abril de 1930 y con este simbólico gesto estás violando las leyes inglesas. Desde hoy las manifestaciones se propagarán por todo el territorio, pero tendrán que pasar 17 años para que finalmente la India consiga lo que este día clama: su independencia.

[27] Abre el fólder: dentro está la hoja de vida del hombre que aspira a ocupar el puesto de conservador del museo y la biblioteca de los Condes de Castro Guimaraes, a quince meses de su inauguración. Quien se ha presentado como «corresponsal extranjero de casas comerciales» está en tu oficina y una mesa donada al municipio en 1927 los separa. Miras sus anteojos redondos y su bigote. No encuentras ninguna palabra que sirva para aligerar su viaje de regreso de 25 kilómetros a Lisboa. «Lo sentimos mucho -atinas a decir- pero carece usted de un título oficial para asumir el cargo», sueltas finalmente. «Fue un gusto conocerlos», te responde, y se despide de ti estrechándote la mano. Te pide que no lo acompañes a la salida, lo ves dar media vuelta y cerrar la puerta tras de sí. Imaginas el Océano Atlántico a sus espaldas. El calendario marca el 16 de septiembre de 1932, el día que Fernando Pessoa no consiguió el empleo que lo pondría en la Torre de San Sebastián. Acabas de privar a Cascais de contar con tan ilustre residente.

[11] Abre los ojos: estás en el lecho seco del lago de Texcoco. Son las 8:10 de la mañana y el tren de aterrizaje del Vega hi-speed special 5-C levanta a su paso polvadera y expectación. Las llantas ruedan a 100 millas por hora, en una pista acondicionada para el suceso, y el avión despega: da un par de vueltas victoriosas y se dirige a Tampico. Cruzará el golfo de México, Nueva Orleáns y llegará a Newark 14 horas y 20 minutos después. Será la primera vez que una persona, en solitario, pilotee esa distancia sin escalas. Es el 8 de mayo de 1935 y en tu mente queda grabada la matinal sonrisa de una mujer excepcional: Amelia Earhart.

[21] Frótate los ojos y enjuga tus lágrimas. Estás en el Panteón Civil de Dolores, en la ciudad de México. Llueve. El cortejo fúnebre llega desde el Palacio de Bellas Artes y a la una de la tarde las palabras de despedida comienzan a ser pronunciadas. Toca el turno al poeta Carlos Pellicer: recita un soneto que escribió en agosto de 1953; termina diciendo: «Siempre estarás sobre la tierra viva, siempre serás motín lleno de auroras, la heroica flor de auroras sucesivas». Es el 14 de julio de 1954, el día en que Frida Kahlo fue cremada.

[6] Abre los ojos. Estás en Tepotzotlán, un jueves, minutos antes de las doce del día. Acompañas, por curiosidad y con discreción, a un grupo de extranjeros; turistas, seguramente: el pueblo guarda una rica historia y quizás estén aquí por eso. Alberto Martínez Lozano (un médico originario del lugar) los guía. Cruzan la Plaza de la Cruz y caminan con una sonrisa que los cobija y los acerca a la oficina del Registro Civil. Te animas a entrar con ellos, sólo para saber quiénes son. A la distancia alcanzas a escuchar los nombres de los contrayentes, pronunciados por el juez Ángel Peza Puga: Ernesto Guevara de la Serna, argentino de 27 años, e Hilda Gadea Acosta, peruana de 30. Es el 18 de agosto de 1955.

[22] Abre los micrófonos: estás en los estudios de Sun Records, en Memphis, Tennessee, en lo que parecería ser un día más de grabación; pronto te darás cuenta de que no es así: frente a ti tienes a Carl Perkins, Jerry Lee Lewis, Elvis Presley y Johnny Cash, músicos inigualables que inesperadamente han coincidido en esta casa disquera y gustosos han comenzado a improvisar. Es el 4 de diciembre de 1956 y esta inaudita reunión será noticia al día siguiente en el Memphis Press-Scimitar, donde bautizarán a esta efímera banda como el cuarteto del millón de dólares. Y fuiste tú quien los grabó.

[1] Es de madrugada y caminas por el Paseo de la Reforma. Te detienes: un terremoto de 7.7 grados te paraliza y enseguida oyes los crujidos aquí y allá. Espectante, ves caer, desde lo alto de la columna de la Independencia, a la Victoria Alada. Con un estruendo indescriptible, las toneladas de bronce se hacen añicos delante de las esculturas de la guerra, la justicia, la ley y la paz. Es el 28 de julio de 1957.

[2] Abre los ojos. El sol de La Habana te pinta de alegría. Son los primeros meses de la revolución y el regocijo de la multitud es contagioso. Estás en la conmemoración del sexto aniversario del ataque al cuartel Moncada, el primero que celebra el nuevo gobierno. Frente a ti, el Capitolio es el escenario donde Fidel Castro cede la palabra a un invitado de honor; te unes a los aplausos al oír el nombre de Lázaro Cárdenas. Es el 26 de julio de 1959.

[28] Abre los ojos y dirígelos al punto que todos están mirando: John y Jacqueline bailan la canción que eligieron para esta gala inaugural. Estás en la ciudad de Washington, distrito de Columbia, en el Armory: es el 19 de enero de 1961 y Nat King Cole canta esta noche, en vivo, Mona Lisa, horas antes de que John F. Kennedy asuma la presidencia de los Estados Unidos de América.

[32] Abre los ojos: es el 28 de agosto de 1963 y la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad llega al monumento a Lincoln. Lees en el programa de mano el nombre del doctor Martin Luther King Jr., presidente de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, y la frase We shall overcome, cuando Bob Dylan se acerca al micrófono, toca la armónica y la guitarra y canta When the ship comes in con Joan Báez a su lado. 300 mil manifestantes les aplauden, los mismos que este día oirán repetir al revendo King que hoy tiene un sueño profundamente arraigado en el sueño americano: ¡que repique la libertad!, será su reclamo transmitido por la televisión en vivo.

[17] Abre los ojos y voltea: a tu lado está sentado Mick Jagger. Corea la canción y sigue el ritmo de la música con las palmas como él. Estás en el estudio 1 de EMI en Abbey Road. Es el 25 de junio de 1967 y en Londres, 5 minutos antes de las 9 de la noche, los Beatles graban en vivo la toma 58 de All you need is love, compuesta especialmente para el programa Nuestro Mundo, la primera producción internacional transmitida vía satélite a 400 millones de televidentes en 31 países. ¿Te imaginas cantando en blanco y negro?

[18] Abre los ojos y echa un vistazo a tu reloj de pulsera: son las 4 de la tarde y estás parado frente al monolito de Tláloc, en el Museo Nacional de Antropología. Giras la cabeza a la izquierda cuando un joven se acerca a ti y te da un volante; lo lees y repites la última frase: «Ha llegado el día en que nuestro silencio será más elocuente que las palabras que callaron las bayonetas». Los manifestantes emprenden el trayecto desde este punto del Paseo de la Reforma rumbo al Zócalo capitalino. Es el 13 de septiembre de 1968 y tú te unes a la Gran Marcha del Silencio, convocada por el Consejo Nacional de Huelga, 19 días antes de la masacre del 2 de octubre.

[19] Abre los ojos: son las once de la mañana del lunes. Estás a tres kilómetros del pueblo de Bethel, en el condado de Sullivan, estado de Nueva York. El himno nacional estadunidense, Star-Spangled Banner, suena ahora. Es electrizante: es Jimi Hendrix en el festival de Woodstock, el 18 de agosto de 1969.

[3] Es la mañana del 11 de septiembre y los aviones atacan. Estás en Santiago de Chile, en el Palacio de la Moneda. Bajo el asedio de los golpistas, escuchas al presidente Salvador Allende negarse rotundamente a la rendición. Lo ves cerrar la puerta de su despacho. Como los numantinos, prefiere la muerte a entregarse al sometimiento. Es 1973: el año del comienzo de la dictadura pinochetista.

Hojea el número 1671 del semanario Marcha. Es el 8 de febrero de 1974 y lees El guardaespaldas, de Nelson Marra, ganador del concurso de cuentos que anualmente convoca la revista. Al día siguiente, el director Carlos Quijano, los jurados Juan Carlos Onetti y Mercedes Rein, el redactor Hugo Alfaro y el autor serán detenidos y llevados a la jefatura de policía de Montevideo, inculpados de pornógrafos por la publicación de ese cuento. La acusación de la dictadura militar, instaurada un año antes en Uruguay, en realidad es para censurar a este prestigiado semanario fundado en junio de 1939. La detención durará hasta el 14 de mayo y Marcha sobrevivirá cinco números más: en noviembre será clausurado definitivamente. El exilio será la alternativa de algunos, como Quijano, quien editará la segunda época de Cuadernos de Marcha en México, hasta su muerte en 1984. Otros, como el escritor Nelson Marra, serán encarcelados. Unos más, como el cofundador Julio Castro Pérez, serán secuestrados y asesinados. En todos los casos, serán miles de uruguayos.

[12] Abre los ojos. Estás en el Coliseo de Lisboa, en un concierto de José Zeca Afonso. Tú no lo sabes, pero varias canciones no podrán ser cantadas esta noche por su autor: la dictadura, instalada en Portugal desde 1933, se lo ha prohibido. La última canción, sin embargo, ha librado la censura y la escuchas acompañado de un grupo de capitanes, miembros del izquierdista y secreto Movimiento de las Fuerzas Armadas. Al oírla, los jóvenes militares han decidido que Grandola, vila morena, al transmitirse en el programa musical de una radiodifusora, sea la orden de acción para que los sublevados instauren un régimen democrático la madrugada del 25 de abril. Es el 29 de marzo de 1974 y la Revolución de los Claveles está cerca.

[23] Abre la boca pasmosamente: el tablero electrónico anota un inconcebible 1.00 a la competidora con el número 73, luego de que su ejecución fuera perfecta en las barras asimétricas. Al unísono con el público, tus aplausos se tornan en gestos de desaprobación. Estás en el Forum de Montreal; es el 18 de julio de 1976: el día en que la gimnasta rumana Nadia Comaneci, de 14 años, te deslumbró con su primera medalla olímpica de oro, conseguida con un diez de calificación que no cupo en la pizarra.

[47] Ábrelos: estás en la oficina de correos del barrio de San Cristóbal, en Buenos Aires, Argentina. Es el 25 de marzo de 1977, el último día de la vida del escritor y periodista Rodolfo Walsh, quien hoy, al cumplirse el primer año del golpe de Estado, ha depositado en el buzón copias de una carta abierta para denunciar a la Junta Militar. Saldrá a la calle por última vez: en la avenida San Juan, dieciséis militares y policías intentarán capturarlo por órdenes de Ricardo Cavallo. Sólo recuperarán su cadáver y lo desaparecerán como el de otros treinta mil argentinos más.

[54] Ábrelos: estás en las calles de Managua, protestando por el homicidio del periodista Pedro Joaquín Chamorro, director de La Prensa desde 1952. Ayer, 10 de enero de 1978, fue asesinado en la esquina de Trébol y avenida Bolívar. Las horas pasan y el pueblo nicaragüense sigue señalando al general Anastasio Somoza Debayle como el autor intelectual del crimen. La insurgencia y la represión se extenderán por igual, hasta que en julio de 1979 sea derrocada la dictadura de los Somoza, instalados en el poder desde 1934. Chamorro Cardenal fue una más de sus víctimas.

[20] Abre el empaque: las dos pilas doble A es lo último que falta para accionar el botón de reproducción. El mixtape espera a ser tocado. Killing an arab, de The Cure, será la primera canción que escuches este primero de julio de 1979. Estás en Tokio, capital de Japón, y has gastado 33 mil yenes para comprar el Walkman modelo TPS-L2. Te ajustas los audífonos y subes el volumen: los colores azul y plata te desbordan.

[45] Abre los ojos: estás frente a la embajada de Guatemala en México. Es el 22 de diciembre de 1980, tres días después de la desaparición de la escritora guatemalteca Alaíde Foppa, de 66 años, fundadora en 1972 de El foro de la mujer, un programa de Radio UNAM que conducía hasta la fecha, y en octubre de 1976 cofundadora, con Margarita García Flores, de la revista Fem. Estás en la primera manifestación pública que exige su liberación y cartas de intelectuales de todo el mundo la secundarán, pero el gobierno guatemalteco negará que haya sido detenida o secuestrada. Es mentira: años después se sabrá que en la casa particular del ministro del Interior, Donaldo Álvarez Ruiz, fue torturada por él mismo y ahí falleció. Hoy Álvarez Ruiz sigue prófugo.

[4] Abre los ojos. Son las 6:21 de la tarde. Estás en la cámara de diputados, en medio de una votación, cuando un teniente coronel, con pistola en mano, irrumpe en el recinto a gritos, encabezando a un comando que dispara al aire ante el reclamo del vicepresidente Manuel Gutiérrez Mellado. Todos se tiran al suelo, menos el presidente español Adolfo Suárez y el diputado comunista Santiago Carrillo. Es el 23 de febrero de 1981. Estás en Madrid, viviendo un fallido intento de golpe militar.

[5] Abre los ojos: estás a punto de presenciar el acto culminante del recorrido que inició esta mañana en la Catedral de San Pablo. Míralos ahora: son los príncipes de Gales, en el balcón principal del Palacio de Buckinghan, saludando a su pueblo y a 700 millones de televidentes. Es el 29 de julio de 1981: el día de la boda real de Carlos y Diana.

[38] Abre los ojos: estás en el Casón del Buen Retiro, el 25 de octubre de 1981. Frente a ti, el Guernica, de Picasso, se exhibe por primera vez al público en España. Encomendado por el gobierno republicano, el pintor cubista creó la obra de 3.50 por 7.80 metros entre el 11 de mayo y el 4 de junio de 1937 para presentarla en la Exposición Internacional de París, lo que sucedió el 12 de julio. Hoy, en el centenario del natalicio del artista, recuerdas las cuatro horas de bombardeo indiscriminado contra la población civil y te estremeces como ese mismo 26 de abril de 1937, cuando a las 4:35 de la tarde la aviación nazi y fascista se propuso destruir la histórica ciudad vasca de Guernika, en Bizkaia. «Los horrores de la guerra», habría titulado el actual presidente Leopoldo Calvo Sotelo a este óleo sobre lienzo. Los nueve símbolos vuelven a impactarte: un toro, una madre con su hijo muerto, una paloma, un guerrero muerto, un foco, un caballo, una mujer con un quinqué, una mujer arrodillada y una casa en llamas.

[46] Abre los ojos: estás en el aula de una secundaria, en Concord, Nuevo Hampshire. Eres una de las alumnas que el año pasado tomó un curso de historia sobre la mujer estadunidense, ideado e impartido por la maestra Christa McAuliffe, ahora de 37 años. Son las 11:38 del 28 de enero de 1986, la hora exacta en que el transbordador espacial Challenger despega del Centro Espacial Kennedy, en Florida, e inicia su décima misión, la STS-51-L. Por primera vez un civil forma parte de la tripulación: tu profesora, quien estará en el espacio seis días. Un minuto después, cierras los ojos: el Challenger ha explotado en el cielo...

[55] Ábrelos: estás viendo los créditos finales de Los hermanos Mozart. Te levantas de la butaca y abandonas la sala. Son las 11:15 de la noche y afuera del cine Grand algunos reconocen entre los asistentes al primer ministro, el socialdemócrata Olof Palme: lo saludan; él estrecha sus manos y se despide de su hijo y su nuera. Lo ves alejarse con su esposa y los pierdes de vista. Tres cuadras más adelante se detendrán unos segundos en los aparadores de la tienda Dekorima. Es el 28 de febrero de 1986 y en Estocolmo, Suecia, Olof Palme es asesinado a tiros por un desconocido.

Apaga la radio y la televisión: 485 emisoras han iniciado la Jornada del Silencio, este viernes 19 de diciembre de 1986. A partir de las cero horas no habrá transmisión alguna y tampoco prensa escrita. Colombia se ha unido al duelo por el asesinato del periodista Guillermo Cano Isaza, director de El Espectador desde 1952, cometido por el cártel de Medellín, encabezado por el narcotraficante Pablo Escobar. «Un país sin prensa es un país sin futuro», ha clamado el pueblo al salir a las calles, pero la organización criminal no se detendrá y en los siguientes meses ejecutará al abogado de la familia, a un magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, una jueza y sus tres escoltas, al gerente general y al jefe de distribución del diario colombiano. Por su labor ejemplar, la UNESCO creará en 1997 el Premio Mundial de Libertad de Prensa con su nombre, otorgado en dos ocasiones a periodistas mexicanos: en 1999 a Jesús Blancornelas y en 2008 a Lidia Cacho.

[24] Alza la vista: estás en la esquina de las calles Principal sur y Séptima oeste, en Los Ángeles, California. En la azotea de la licorería Republic alguien está alterando el orden público: una banda toca a todo volumen y su música atrae a los transeúntes. La canción habla de «un lugar en la cima de una planicie desierta donde las calles no tienen nombre». Es el 27 de marzo de 1987 y U2 graba el videoclip del tercer sencillo de su álbum The Joshua tree.

[39] Abre los ojos: estás en Moscú, en los jardines del presidium de la Academia de Ciencias de la URSS, en un mitin a favor de la candidatura de Andréi Sájarov para ocupar uno de los veinte escaños reservados para la Academia en el nuevo Congreso de los Diputados Populares. El veto ha congregado a los cincuenta institutos científicos que postulan al físico nuclear, quien también se encuentra en esta protesta. La nieve te acaricia este 2 de febrero de 1989 y cierras los ojos: en tu mente desfilan cuatro emblemáticas fechas que vivirás este mismo año: el 9 de abril, en segunda vuelta, Sájarov será electo diputado; el 25 de mayo participará en la apertura del Congreso; el 11 de diciembre debatirá en tribuna con el presidente Gorbachov sobre la constitución soviética, y esa será su última participación parlamentaria: el 14 de diciembre fallecerá repentinamente de muerte natural en su casa, y cuatro días después será sepultado. Pero hoy quieres volver a verlo y abres los ojos: los ojos del pacifista de 67 años te miran y tú le sonríes.

[7] Abre los ojos: estás en Pekín, un lunes al mediodía. Asómate por la ventana y estremécete al escuchar el paso de los tanques T-59. La noche anterior, el régimen chino reprimió las protestas estudiantiles en la Plaza Tiananmen, y ahora una columna se desplaza por la avenida Chang'an. Es como David contra Goliat: un joven detiene el avance de las tanquetas con su cuerpo; él permanece de pie y tú no dejas de admirar su coraje. Es el 5 de junio de 1989.

[13] Abre los ojos. Estás a 270 grados centígrados bajo cero. El encuentro, sin embargo, te llena de calidez: nadie más ha estado tan cerca de Neptuno. Con la sonda espacial Voyager 2 transmites a la Tierra tus descubrimientos: dos anillos y dos lunas pastoras: Despina y Galatea. Es el 26 de agosto de 1989 y llevas un día entero fotografiando al último planeta del sistema solar. Cuatro días más lo seguirás haciendo, para finalmente partir a una misión interestelar donde alguien, muy lejos de aquí, tal vez abra la funda de aluminio y siga las instrucciones para reproducir un disco fonográfico chapado en oro y escuche El cascabel de Lorenzo Barcelata y el Mariachi México. Y tú también estarás ahí.

[29] Abre los ojos: estás en el teatro Drama Club, de Praga. El cartel a la entrada anuncia una obra de Bohumil Hrabal, Yo he servido al Rey de Inglaterra, dirigida por Ivo Krobot, pero hoy no habrá función: es el 19 de noviembre de 1989, dos días después de que en esta misma ciudad la policía y los boinas rojas reprimieran una marcha que congregó a 15 mil manifestantes que conmemoraban el asesinato del estudiante Jan Opletat por las fuerzas de ocupación nazi. La escenificación que estás presenciando pasará a la historia como el día que se formó el Foro Cívico: el interlocutor que habrá de acordar con el aparato gubernamental la revolución de terciopelo que devolverá a la vida pública las voces silenciadas durante décadas, como la de la cantante Marta Kubisová. Pronto volverás a oír su Oración en la radio.

[40] Prende la televisión: no estás viendo al escritor Mario Vargas Llosa en el programa de Bernard Pivot, Apostrophes, que transmite Antenne 2 en Francia; no lo estás oyendo hablar el 15 de junio de 1990 sobre las recientes elecciones en Perú, donde fue candidato presidencial frente a Alberto Fujimori. No. Estás viendo el canal 2 de México, el 31 de agosto de ese mismo año, en el encuentro de la revista Vuelta sobre el siglo XX; «La experiencia de la libertad», lo ha titulado su director, Octavio Paz. Las cámaras enfocan a Enrique Krauze, moderador de esta mesa, cuando cede la palabra a Vargas Llosa, quien la ha solicitado y sentencia, ante la sorpresa de todos, que «la dictadura perfecta no es el comunismo, no es la URSS, no es Fidel Castro; la dictadura perfecta es México». ¿Qué cara pones ahora?

[14] Abre los ojos. Estás en el Palacio de los Deportes. Caifanes y Soda Stereo han concluido este mano a mano inesperado. Las luces del escenario han sido apagadas y parece que la euforia comenzará a tomar forma de recuerdo, cuando una canción de The Police irrumpe en medio de la oscuridad: Message in a bottle. Ambas bandas la tocan para ti, para siempre. Es el 13 de marzo de 1991.

[30] Abre los ojos: son las 8 de la noche del 25 de diciembre. Es 1991 y un antiguo sistema se derrumba antes de que uno nuevo empiece a funcionar. Eres uno de los reporteros que han tenido acceso al Kremlin para informar al mundo de la renuncia del presidente Mijail Gorbachov ante la instauración de la Comunidad de Estados Independientes, ratificada cuatro días atrás en Alma Ata. El mensaje televisivo dura doce minutos y su transmisión diferida te permite observar la bandera inerte de la URSS a la derecha de Gorbachov y repasar la traducción de sus palabras: «Me preocupa -dijo- que nuestra gente pierda la ciudadanía de un gran país», apuntas la frase en tu libreta mientras recuerdas el momento en que Tom Johnson, presidente de CNN, le prestó su bolígrafo para rubricar la extinción del régimen soviético: una muestra de cómo están ahora las cosas en Moscú.

[48] Ábrelos: es la madrugada del 6 de abril de 1992; horas después de que Alberto Fujimori decretara un «gobierno de emergencia y reconstrucción nacional», una docena de militares allanan ilegalmente la casa del periodista Gustavo Gorriti, le confiscan su computadora personal y lo trasladan a las instalaciones del Servicio de Inteligencia del Ejército. Gracias a la intervención del embajador español y un subsecretario de Estado de Estados Unidos, liberan al corresponsal de El País y New Republic al día siguiente. Diecisiete años después, la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de Perú sentencia a Fujimori a 25 años de prisión por dos matanzas y dos secuestros (uno de ellos, el de Gorriti).

[8] «¿Dónde dormiste la última noche?», suena desgarrador. El violonchelo es el alma gemela de un cantante atormentado. La última canción será para ti como el último grito. Estás en la ciudad de Nueva York, el 18 de noviembre de 1993, y Nirvana graba el concierto acústico que volverás a ver cuando sea transmitido por televisión. La voz de Kurt Cobain, entonces de 26 años, tatúa a la generación X.

Abre los ojos: estás en la sesión plenaria de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Es la tarde del 20 de diciembre de 1993 y el embajador de Guyana, Rudolph Insanally, preside el cuadragésimo octavo periodo de sesiones. Llega el momento en que pide a la asamblea votar el Proyecto 2 de Decisión presentado por el Consejo Económico y Social sobre la promoción de la libertad de prensa en el mundo. Por unanimidad es aprobado: «3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa», en honor a la Declaración de Windhock, fechada ese día en 1991, en la clausura del seminario de la UNESCO en la capital de Namibia para promover una prensa africana plural e independiente. Las amenazas del poder público, las presiones económicas y políticas o los obstáculos jurídicos, sin embargo, no han cesado para los periodistas.

[25] Cruza la entrada. Estás en el Trastorno, en el fraccionamiento Ojo de Agua, de Tecámac, estado de México. Es el 20 de octubre de 1994 y el británico Thom Yorke anuncia la última canción de Radiohead en esta increíble noche: Creep...

[49] La noticia de este 19 de septiembre de 1995 es que The New York Times y The Washington Post han publicado el manifiesto de «Unabomber», un terrorista que ha prometido no atentar más contra universidades y aerolíneas si se da a conocer su extenso ensayo La sociedad industrial y su futuro, de más de 30 mil palabras. Desde 1978 ha enviado 16 cartas-bomba; sólo 3 mataron a sus destinatarios. Nadie sabe quién es, pero David Kaczynski lo sospecha al leer una frase usual de su hermano Theodore: No puedes comerte el pastel y tenerlo al mismo tiempo. Con el noticiario vespertino del 3 de abril de 1996, abres los ojos: en Lincoln, Montana, el FBI arresta a Theodore Kaczynski. Por aportar información para la captura del sospechoso, David recibirá un millón de dólares de recompensa.

[50] Ábrelos a través de la raja del burka: estás en Kabul cuando los talibán llegan a la ciudad. Las tropas del ministro de Defensa, Ahmed Shah Massoud, se retiraron hacia el noreste el día anterior y hoy lanzan todo su odio contra lo poco que queda de una república comunista dejada a su suerte por los soviéticos en 1989: en la representación de la ONU está recluido, desde hace cuatro años, el expresidente Mohamed Najibulá. La crueldad no acaba con su linchamiento: su cadáver, arrastrado por las calles, termina colgado en un poste de la plaza Ariana, donde te encuentras este 27 de septiembre de 1996.

[15] Abre los oídos. El tronido de los fuegos artificiales esparce las coloridas luces que iluminan el cielo del puerto fragante de Victoria. Son las cero horas del 30 de junio de 1997, y con el izamiento de la bandera china, Hong Kong es ahora, como fue pactado, una región administrativa especial. «Un país, dos sistemas»: son las palabras del presidente chino, Jiang Zemin, en la ceremonia oficial. El último acto será parsimonioso, como las olas del mar de la China meridional: el príncipe Carlos y el gobernador Chris Patten abandonan la isla en el yate real Britannia, poniendo así fin a 156 años de colonialismo.

[31] Abre la cartera: ahí guardas los boletos de 87 florines y 50 cents, los más baratos para entrar al Teatro Real Carré. Eres uno de los 1800 asistentes que esta noche oyen el rumor de que Wim Wenders filmará el concierto que está a punto de iniciar. Es el 11 de abril de 1998 y los cubanos del Buena Vista Social Club reinan en Ámsterdam: Chan chan irrumpe ahora.

[9] Abre los ojos: estás en el hotel Aconcagua de la ciudad de Mendoza, Argentina. El bullicio en una habitación del noveno piso está a punto de llenarte de adrenalina. Cerca de la piscina, alzas la vista y un gran salto te toma por sorpresa. Es Charly García quien te salpica, desafiante y juguetón, al zambullirse desde una altura superior a los 20 metros. Es el 3 de marzo del año 2000.

[16] Abre los ojos: estás en la Bombonera, en el debut de Wilson Graneolatti como técnico del Toluca. El silbatazo del árbitro ha dado por concluido el partido: con 4 goles de José Saturnino Cardozo y un autogol, los diablos han vencido al Pachuca por 5 a 1. Caminas a la salida y en la avenida Morelos encuentras, entre la gente, a quien no te esperarías ver: es Peter Gabriel; sí: es él, un genuino aficionado que no ha dejado pasar la oportunidad de acudir a un estadio de futbol en su visita a nuestro país. Es el 2 de noviembre del 2002.

[33] Abre los ojos: estás en el boulevard Hollywood, caminando por la alfombra roja que te conducirá al interior del Teatro Kodak. Es el 23 de marzo del 2003 y en la septuagésima quinta entrega de los premios Oscar, el dueto de Caetano Veloso y Lila Downs cantando Burn it blue se disuelve en fade-out en tu mente cuando Michael Moore recibe la estatuilla al mejor documental por Bowling for Columbine. Escuchas su discurso de agradecimiento convertido en protesta: nos gusta la no ficción -dice emocionado- pero hoy vivimos en tiempos de ficción, donde resultados electorales ficticios designan a un presidente ficticio que nos manda a la guerra por razones ficticias. La mención a George W. Bush provoca que el volumen de la música sea subido. ¿Tú qué estás haciendo: aplaudiéndole o abucheándolo?

[34] Abre los ojos. Con frac, corsé, sombrero de copa y botas de tacón de aguja, Madonna canta Hollywood, el tercer sencillo de su álbum American life, con dos novias vestidas de blanco. Ábrelos bien: luego de bailar con ellas, besa primero a Britney Spears en la boca y un segundo después a Christina Aguilera, en la apertura de los premios MTV televisados en vivo desde el Radio City Music Hall, de Nueva York. Es el 28 de agosto del 2003.

[41] Abre los ojos: estás en el estudio 105 de Radio Francia Internacional, en la emisión 211 de las Black session, de Bernard Lenoir. Es el 3 de mayo de 2004 y Franz Ferdinand toca en este momento la séptima canción de la noche: All for you, Sophia. Cierras los ojos: estás en la tienda de Merltz Schiller, a unos metros del Puente Latino que cruza el río Miljacka; son las once de la mañana del 28 de junio de 1914 en Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, y una limusina de lujo, una Gräf und Stift modelo Double Phaeton de 1910, gira en dirección equivocada y ves a uno de los clientes salir a toda prisa: es Gavrilo Princip, de 18 años, quien asesinará al archiduque de Austria, heredero al trono, y a su esposa Sophie Chotek, duquesa de Hohenberg. Los disparos suenan ahora onomatopéyicos con la voz del inglés Alex Kapranos.

[35] Cierra los ojos de coraje por habértelo perdido. Estás en el escenario rojo del sexto festival Vive Latino y alguien te acaba de contar el instante en que a Ely Guerra se le deslizó el tirante de su blusa del hombro al codo, dejando al descubierto su pecho. El alboroto es lo único que recordarás. Es el 16 de abril del 2005 y Más bonita que tú suena.

[26] Aunque abras los ojos no verás nada: la oscuridad sólo podrá ser rota por los latidos, los alaridos y los primeros acordes que al filo de las once la noche son inconfundibles: el bajo de Roger Waters, la batería de Nick Mason, el slide de David Gilmour y el teclado de Richard Wright se encuentran de nuevo en un escenario después de 24 años de separación. Con Speak to me Pink Floyd abre su participación en Live 8. Nadie lo sabe en este momento, pero ya no volverán a estar juntos nunca más. Estás en el parque Hyde, en Londres, el 2 de julio de 2005.

Abre los ojos: estás hojeando el Jyllands-Posten. Es el 30 de septiembre de 2005, el día en que el rostro de Mahoma fue caricaturizado por doce ilustradores daneses; uno de ellos, Kurt Westergaard, es el autor de la más polémica de las imágenes: el turbante del profeta es una bomba con la mecha encendida. Días después, once embajadores de países musulmanes solicitarán una reunión con el primer ministro a fin de promover la intervención del Estado en contra del diario; Anders Fogh Rasmussen se negará alegando que el Estado danés es garante de la libertad de expresión. Meses después, los islamistas atacarán las embajadas de Dinamarca y Noruega y llamarán a un boicot comercial hasta que el 30 de enero de 2006 el redactor en jefe, Carsten Juste, pedirá una disculpa a los musulmanes que se sintieron ofendidos por las caricaturas satíricas. La disculpa, sin embargo, no incluirá ejercer la libertad de expresión y diarios de todo el mundo reimprimirán las doce ilustraciones en febrero, por lo que el conflicto seguirá latente.

[10] Abre los ojos. Estás en el Estadio Nacional conocido como José Díaz, gritando el tercer gol del partido, en el minuto 86. Es la final del campeonato mundial de futbol sub-17, Perú 2005. Este 2 de octubre tampoco se olvida: Brasil, cero; México, tres.

[51] Oyes trompetas y violines a la distancia: ¿1973? ¿1975? La memoria cae como crema en tus huesos. El aire se llena con el movimiento del público y tu piel emite un rayo, triste como esta primera hora -que es la última-: es el 16 de octubre de 2006. En el número 315 de la calle Bowery, en Manhattan, Nueva York, Patti Smith canta una elegía a los amigos que no pueden estar hoy con nosotros. Todo el fuego se congela: el legendario club CBGB cierra para siempre. Hilly Kristal no sabe qué hacer esta noche.

[36] Abre los ojos: estás en la inauguración de Post-it city: ciudades ocasionales, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, España. Es el 13 de marzo del 2008 y al recorrer la exposición una de las fotografías exhibidas te transporta al 28 de mayo de 1987: estás en Vasilevski Spusk, cerca de la Plaza Roja de Moscú, viendo el aterrizaje de una avioneta Cessna 172B biplaza, piloteada por Mathias Rust, un estudiante berlinés de 19 años que ha viajado a baja altitud desde Helsinki. Ves su detención por violar la defensa aérea soviética, pero tú ya no estás ahí: sigues caminando y vas de un performance a otro.

[56] Ábrelos: son las diez y diez de la noche del 12 de octubre de 2010. Estás viendo por televisión a Florencio Ávalos, el primero de 33 mineros que están siendo rescatados de la mina San José, 69 días después de quedar atrapados. Ves al presidente chileno y la prensa de todo el mundo en el televisor de tu recámara, sola, en Nueva Rosita, Coahuila. Eres la hija de uno de los 63 mineros que perdieron la vida en Pasta de Conchos. Todos los días son 19 de febrero de 2006: sin sus restos, no hay tumba adonde llorar.

[publicadas por entregas de junio de 2008 a mayo de 2011]

2 comentarios:

Semilla dijo...

abre los ojos...el eterno retorno...el peso de una historia que se re-cuenta y trasciende...

Buen texto, me late tu blog...

Saludos!

Rain dijo...

Guardaré este post, como una de las mejores crónicas que he hallado en este mundo de blogs.
He aquí una seguidora de la Sombra invisible.

Reunir momentos de la Historia, como en un gran zoom cromático, turbulento, de episodios, materializa aquello que los maestros de periodismo buscan: la naturalidad dinámica. Lo verídico.

Danke. Hasta pronto, Christian.

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